sábado, 8 de marzo de 2008

TURISMO DE CASTILLA Y LEON


A lo largo de la década de 1990 creció la afluencia turística a Castilla y León, propiciada sobre todo por el valor histórico y cultural de sus ciudades, y también por el atractivo natural y paisajístico de sus distintas comarcas. En 2001, Castilla y León recibió unos 315.000 visitantes, 42.000 de los cuales eran extranjeros.


CULTURA CASTILLA Y LEON



La Semana Santa en Castilla y León es, como en muchas otras Comunidades Autónomas españolas, una importante manifestación cultural y popular que gira en torno a la celebración religiosa cristiana de la Semana Santa. De gran variedad en cada una de las provincias, algunas como la de Valladolid son destacadas por el enorme valor artístico de las tallas procesionadas; otras, como la de Zamora, por su enorme recogimiento, y todas, en general, por su carácter sobrio y generalmente austero, que refleja un carácter abiertamente distinto en comparación con ejemplos quizá más conocidos, como el andaluz.


Por otra parte, la Semana Santa constituye, en Castilla y León, uno de los principales reclamos turísticos, que consiguen año a año atraer a decenas de miles de turistas, que llegan llamados por el carácter único de estas celebraciones. Como reflejos de su importancia, cuatro de las celebraciones de Semana Santa castellanoleonesas han alcanzado la máxima distinción posible, logrando para ellas la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional: es el caso de la Semana Santa de León, Salamanca, Valladolid y Zamora.


ECONOMIA CASTILLA Y LEON

Sector primario
El campo
Pueblo de Villarejo de Órbigo, León, típica población rural de la Meseta
Pueblo de Villarejo de Órbigo, León, típica población rural de la Meseta

Los campos de Castilla y León son áridos y secos aunque muy fértiles, predominando en ellos el cultivo de secano. Pese a eso, el regadío ha ido ganando importancia en las zonas de los valles del Duero, el Pisuerga y el Tormes. Cabe destacar las nuevas tecnologías que tiene el campo de Castilla y León sobre todo en áreas como la Provincia de Valladolid o la Provincia de Burgos donde la producción por hectárea es de las más elevadas de España. El área más fértil castellano-leonesa coincide con el valle del Esla, en León, en los campos de Valladolid, y en Tierra de Campos, una comarca que se extiende entre Zamora, Valladolid, Palencia y León.

Uso del suelo cultivable

Castilla y León dispone de una superficie agrícola cercana a los 5.783.831 hectáreas, lo cual supone más de la mitad del total de la superficie de su territorio total. La mayor parte de las tierras de labor son de secano, debido al clima y a las escasas lluvias. Sólo un 10 % de la superficie se explota en régimen de regadío, con parcelas de producción intensiva, mucho más rentables que los cultivos de secano.

Pese al descenso de la población en las zonas rurales, la producción agrícola castellano-leonesa todavía representa un 15 % del sector primario español, y su media de ocupación es inferior a la de otras comunidades autónomas, lo que supone un auge en la tecnología agraria.

Tipos de cultivo

Castilla y León constituye una de las principales zonas cerealísticas españolas. Como el dicho popular dice: «Castilla, granero de España». Aunque el cultivo por tradición más extendido era el trigo, desde la década de 1960 ha ido ganado terreno la producción de cebada. A estos dos cereales les siguen, en número de hectáreas cultivadas y volumen de producción, el centeno y la avena. Además de las leguminosas, como las algarrobas y los garbanzos, se ha extendido el cultivo del girasol en las campiñas meridionales.

Vinos con Denominación de Origen de Castilla y León
Vinos con Denominación de Origen de Castilla y León

El viñedo (56.337 ha) vio cómo decrecía considerablemente el número de sus hectáreas cultivadas durante las tres últimas décadas del siglo XX; sin embargo, la aplicación de las más modernas técnicas de crianza ha mejorado de modo notable los vinos castellano-leoneses, que rivalizan en calidad con los de La Rioja y comienzan a ser conocidos fuera de las fronteras españolas. Las principales zonas vitivinícolas de la región son D.O. Ribera del Duero, D.O. Rueda, D.O. Toro, D.O. Bierzo y D.O. Tierras de León. En las tierras de regadío se cultiva remolacha azucarera, un producto que ha estado subvencionado por las autoridades autonómicas, la patata, la alfalfa y las hortalizas. En la provincia de León también se siembran maíz, lúpulo y leguminosas.

Activos agrarios

Castilla y León tiene unos 92.600 activos agrarios (alrededor del 10 % de la población activa), de los cuales 88.000 están ocupados y un 5 % del total se encuentra en paro, según datos de 2001.

Por provincias, la población ocupada agraria en Ávila es de 9.400 personas, en Burgos y en Palencia es de 8.100, en León trabajan en el sector unas 18.300 personas, en Salamanca unas 9.200, en Segovia unas 6.400, en Soria 5.600, en Valladolid 8.300 y en Zamora unas 14.600 personas. El sector agrícola y ganadero de la región representa el 7,6 % del total en España.

Ganadería

La ganadería representa una parte importante de la producción final agraria. Al lado de las pequeñas unidades pecuarias, que proliferan en las comarcas de preeminente dedicación agrícola o en los espacios de montaña, aparece ahora una moderna actividad ganadera, con granjas de vacunos, porcinos y ovinos, de desarrollo. Dichas granjas están orientadas tanto a la producción de carne como al suministro de leche a las cooperativas que canalizan su posterior comercialización, ya que la producción lechera castellano-leonesa es superior al millón y medio de litros anual, siendo la segunda del Estado español, sólo superada en volumen por la de Galicia.

Así pues, las pequeñas explotaciones pecuarias tienden a desaparecer, en buena medida por efecto de la despoblación rural y la consiguiente pérdida de mano de obra. El pastoreo trashumante se conserva en algunas zonas; grandes rebaños, principalmente de ovejas, recorren cada año cientos de kilómetros desde las tierras llanas hasta los terrenos con pastos de las montañas como en el Bierzo, los valles cantábricos de León, la sierra de Gredos o los Picos de Urbión. Se trata de trabajo duro que cada vez cuenta con menor mano de obra, habiendo constituido con anterioridad un testimonio de primera importancia sobre la historia y las raíces culturales del pueblo castellano-leonés.

La cabaña ovina es la más numerosa, con 5.425.000 cabezas, seguida por la porcina (2.800.000) y la bovina (1.200.000). A mucha distancia está la ganadería caprina (166.200 cabezas) y equina (71.700 entre caballos, mulas y asnos). La mayor producción de carne corresponde a la de porcino (241.700 t), seguida de la bovina (89.400 t) y la de aves (66.000 t); en la producción de lana Castilla y León encabeza el balance nacional con 7.500 t.

Monte de Miranda de Ebro
Explotación forestal

En Castilla y León existen unas 1.900.000 ha desarboladas, que representan el 40 % de la superficie forestal total. Esta deforestación se debe principalmente a la mano del hombre que, a lo largo de los siglos, ha hecho desaparecer bosques dejando paso a terrenos de vegetación no arbórea. Poco a poco, con el abandono de las zonas rurales y la política de repoblación forestal del gobierno castellano-leonés, esta situación ha ido invirtiéndose.

Sector secundario

Industria

Durante 2000, la industria de Castilla y León ocupaba el 18 % de la población activa y aportaba el 25 % del PIB. Tanto en Burgos como en Valladolid, donde hay una importante industria automovilística, papelera y química, se concentra la mayoría de la actividad industrial del territorio castellano-leonés alimentaria derivada de la explotación agraria y ganadera, con harina, aceite de girasol y vinos, entre otras.

Valladolid es el principal centro industrial de la comunidad teniendo un peso relevante en el PIB de Castilla y León llegando a suponer el 44% del PIB proveniente de la industria[cita requerida].

Otras industrias son la del textil en Béjar, la de las tejas y los ladrillos en Palencia, la azucarera en León, Valladolid, Toro, Miranda y Benavente, la farmacéutica en León y Valladolid, la metalúrgica y siderúrgica en Ponferrada y la química en Miranda de Ebro y Valladolid, la aeronáutica en Valladolid. En las capitales restantes hay una industria alimentaria derivada de la explotación agraria y ganadera, con harina, aceite de girasol y vinos, entre otras.

Explotación minera

En Castilla y León, la actividad minera adquirió gran importancia en la época romana, cuando se trazó una calzada, la vía de la Plata, para trasladar el oro extraído en los yacimientos de las Médulas, en la comarca leonesa del Bierzo,la ruta partía de Asturica Augusta (Astorga) hasta Emerita Augusta (Mérida) e Hispalis (Sevilla).

Siglos después, tras la guerra civil española, la minería fue uno de los factores que contribuyeron al desarrollo económico de la región. Sin embargo, la producción de hierro, estaño y wolframio decayó notablemente a partir de la década de 1970, mientras que las minas de hulla y antracita se mantenían gracias a la demanda interior de carbón para las centrales térmicas. La reconversión económica que afectó a las zonas mineras leonesas durante las décadas de 1980 y 1990 supuso el cierre de numerosas minas, el empobrecimiento social, con un brusco incremento del desempleo, y el inicio de un nuevo movimiento migratorio hacia otras regiones españolas. Pese a las inversiones del Plan de Actuación Minera de la Junta de Castilla y León, las tradicionales explotaciones carboníferas han entrado en una dura crisis.

Fuentes de energía

Además de la cuenca norte, en las de los ríos Duero y Ebro hay numerosas centrales hidroeléctricas que permiten a Castilla y León ser una de las primeras comunidades autónomas productoras de energía eléctrica. Entre otras están las de Burguillo, Rioscuro, Las Ondinas, Cornatel, Bárcena, Aldeadávila I y II, Saucelle I y II, Castro I y II, Villalcampo I y II, Valparaíso y Ricobayo I y II.

La potencia hidráulica instalada totaliza 3.992 MW y la producción anual es de 5.417 GWh. La producción de energía nuclear es de 3.483 GWh y la térmica de carbón de 16.956 GWh, totalizando así una producción global de 25.856 GWh. La central nuclear es la de Santa María de Garoña (Burgos), y las de carbón son las de Anllares, Compostilla II y La Robla, en León, y la de Guardo en Palencia.

En esta comunidad también se produce energía de origen eólico, con más de 15 parques en funcionamiento y un total de 69 MW de potencia. Entre las energías no renovables también está el gas natural (194 MW de potencia instalada) y el fuel-gasoil (69 MW).

Las provincias de Valladolid y de Burgos son las regiones más avanzadas económicamente, teniendo un PIB per cápita superior a la media nacional.

Sector terciario

Turismo

A lo largo de la década de 1990 creció la afluencia turística a Castilla y León, propiciada sobre todo por el valor histórico y cultural de sus ciudades, y también por el atractivo natural y paisajístico de sus distintas comarcas. En 2001, Castilla y León recibió unos 315.000 visitantes, 42.000 de los cuales eran extranjeros.

Iglesia de Santo Domingo, Soria
Iglesia de Santo Domingo, Soria
Comercio

El comercio interior de Castilla y León se concentra en el sector de la alimentación, la automoción, el tejido y el calzado. Para el comercio exterior, según la región, se exportan principalmente vehículos y chasis de automóviles en Ávila, Palencia y Valladolid, neumáticos en Burgos y Valladolid, barras de acero y manufacturas de pizarra en León, carne de bovino en Salamanca, cerdos en Segovia, manufacturas de caucho en Soria y carne de cabra y oveja, junto con vino, en Zamora.


Castilla y León también exporta mucho vino, siendo Valladolid la que más botellas vende al extranjero. Por lo que se refiere a la importación, van a la cabeza los vehículos y sus accesorios, como los motores o los neumáticos. La Región también importa principalmente productos de Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Portugal y los EE.UU., y exporta mayoritariamente hacia los países de la Comunidad Europea y a Turquía, Israel y EE.UU..

MAPA FISICO


martes, 26 de febrero de 2008

CASTILLA Y LEÓN


Castilla y León es una comunidad autónoma española constituida en 1983, cuyo territorio se sitúa en la parte norte de la meseta de la península Ibérica, y se corresponde mayoritariamente con la parte española de la cuenca del Duero. Está compuesta por las provincias de Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Es la comunidad autónoma con mayor extensión de España. Tal y como el Estatuto de Autonomía de Castilla y León declara en su preámbulo (2007):



La Comunidad Autónoma de Castilla y León surge de la moderna unión de los territorios históricos que componían y dieron nombre a las antiguas coronas de León y Castilla.

HISTORIA DE CASTILLA Y LEÓN

La comunidad autónoma de Castilla y León es el resultado de la unión en 1983 de nueve provincias: las tres que, tras la división territorial de 1833, por la que se crearon las provincias, se adscribieron a la Región de León y seis adscritas a Castilla la Vieja, exceptuando en este último caso las provincias de Santander (actual Comunidad Autónoma de Cantabria) y Logroño (actual Comunidad Autónoma de La Rioja).

En el caso de Cantabria se defendió la creación de una comunidad autónoma por motivos históricos, culturales y geográficos, mientras que en La Rioja el proceso resultó más complejo debido a la existencia de tres vías, fundamentadas tanto en motivos históricos como socio-económicos: unión a Castilla y León (UCD), unión a una comunidad vasco-navarra (PSOE, PCE)[cita necesaria] o creación de una autonomía uniprovincial, opción tomada ante el apoyo mayoritario de su población.

EVOLUCION HISTÓRICA DE CASTILLA Y LEÓN

Muchas de las gentes del territorio, que se dedicaron mayoritariamente a la agricultura y la ganadería, fueron abandonando paulatinamente la zona, dirigiéndose hacia las zonas urbanas, mucho más prósperas. Esta situación se vio todavía más agravada a finales de la guerra civil, con una progresiva emigración rural. Durante las décadas de 1960 y 1980, los grandes núcleos urbanos y las capitales de provincia sufrieron un leve aumento demográfico debido a un exhaustivo proceso de urbanización, aunque, pese a ello, la zona castellano-leonesa continúa sufriendo una grave despoblación. Solo las provincias de Valladolid y Segovia están ganando población, en el caso de la provincia vallisoletana por ser la más dinámica de Castilla y Leon al tener la capital autonómica. En el caso de la provincia segoviana, que esta creciendo en los últimos años, se debe a la influencia económica y urbanística de estar cerca de la Comunidad de Madrid.